Reserva Biológica Hitoy Cerere | Patrimonio Cultural de la Unesco

Sin desarrollar y prácticamente inexplorado, el Hitoy Cerere es sólo para los excursionistas más aventureros y en buena forma; esta reserva biológica es uno de los territorios más remotos de la parte oriental del país. Existen varios tramos inexplorados a lo largo de la parte alta de la Sierra de Talamanca. En la entrada hay un puesto de guardabosques, pero no existen otras instalaciones.

La reserva cuenta con un bosque tropical húmedo y un bosque pluvial de montaña. El mero hecho de llegar a la Reserva Hitoy-Cerere puede convertirse en una agradable aventura de todo un día; su terreno accidentado y el desnivel del terreno, combinados con las fuertes lluvias.

Excursión a la Reserva Biológica Hitoy Cerere – ¿Qué esperar?

Punto de encuentro y dirección | Transporte

El punto de encuentro designado es la gasolinera Penshurt, situada a poca distancia de Cahuita, en la ruta hacia Puerto Limón. Se tarda aproximadamente una hora en coche en llegar a la Reserva Biológica Hitoy Cerere desde el pueblo de Penshurt.

Tenga en cuenta que el transporte no forma parte del paquete turístico, pero las entradas a la reserva sí están incluidas. En caso necesario, podemos organizar el transporte y ofrecer la opción de recogida en el hotel «previa solicitud».

Sobre la Reserva Biológica Hitoy Cerere – Provincia de Limón

La Reserva Biológica Hitoy Cerere de Costa Rica se creó en 1978 y sirve de refugio protector a más de 40 especies, incluidas las clasificadas en peligro de extinción. Enclavada entre las colinas de la cordillera de Talamanca, en la región caribeña de Brunca, esta extraordinaria zona se encuentra en la provincia de Limón. Se encuentra entre los ríos Estrella y Telire, formando parte de la sierra de Talamanca, y debe su nombre a los ríos Hitoy y Cerere, que atraviesan la reserva.

Esta reserva salvaguarda un terreno selvático remoto y en gran parte inexplorado. Se encuentra dentro del dominio del área de Conservación del Caribe de La Amistad y obtuvo el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1993. El paisaje de la reserva se caracteriza por ser accidentado, debido a su ubicación montañosa, y por las frecuentes y abundantes lluvias, que crean una compleja red de cursos de agua. Además, la reserva alberga varios torrentes de agua, que dan lugar a formaciones rocosas e impresionantes cascadas.

A pesar de estas características únicas que crean un contraste sorprendente, la Reserva Biológica Hitoy-Cerere sigue siendo relativamente poco estudiada y visitada, principalmente debido a su difícil accesibilidad. Una vez que consiga llegar a la reserva, podrá explorar sus exuberantes bosques tropicales y disfrutar de la oportunidad de observar orquídeas que crecen junto a altísimos árboles.

Esta reserva sigue siendo relativamente desconocida, sobre todo por su extrema inaccesibilidad, que limita las visitas. Es innegable que se encuentra entre los lugares más húmedos de Costa Rica. «Hitoy» se traduce como «lana» en la lengua de los indios bribri, en referencia a los musgos que cubren las piedras, y «Lamartine» alude a «aguas claras». En particular, la reserva se distingue por su rica y algo menos esquiva fauna en comparación con otros parques más visitados. Sin embargo, la paciencia es clave, ya que los ejemplares más extraordinarios suelen residir en las partes altas del bosque y puede resultar difícil observarlos.

La Reserva Biológica Hitoy Cerere comprende dos zonas de vida distintas con un área de transición entre ellas: el bosque tropical muy húmedo y el bosque pluvial premontano. La región registra importantes precipitaciones, lo que da lugar al cruce de numerosos ríos rocosos caracterizados por su rapidez y la presencia de cascadas, algunas de las cuales alcanzan alturas considerables. El nombre de la reserva tiene su origen en dos palabras indígenas bribri: «Hitoy», que alude al «manto» verde que envuelve el parque, y «Cerere», que significa aguas claras, en referencia a la abundancia de este elemento en los alrededores. Debido a la difícil formación geológica de su terreno, junto con su clima muy húmedo, esta reserva no ha sido muy investigada y permanece relativamente poco visitada.

En las zonas más elevadas de la Reserva Biológica Hitoy Cerere, encontrará exuberantes tierras altas de hoja perenne adornadas con el rocío de la mañana. Por el contrario, en la selva baja, las gotas de lluvia siguen cayendo al suelo incluso horas después de la última llovizna. Los intervalos entre chaparrones suelen ser breves, ya que la reserva recibe anualmente muchas precipitaciones, lo que consolida su estatus como una de las reservas más exuberantes y vibrantes de Costa Rica. De hecho, el nombre «Hitoy Cerere» procede de la lengua bribri y significa «agua clara y lanosa», lo que capta perfectamente la idea de que las precipitaciones sostenidas son una constante en esta extensa reserva de 20.000 acres.

Historia y pueblos indígenas

La Reserva Biológica Hitoy Cerere es un área natural protegida situada en Costa Rica, concretamente en la parte sur del país, cerca de la frontera con Panamá. Forma parte del Parque Internacional de La Amistad, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y compartido por Costa Rica y Panamá.

Esta reserva es conocida por su rica biodiversidad, sus selvas vírgenes y su importancia para la conservación del patrimonio natural de la región. Aunque la reserva se centra principalmente en su diversidad biológica, la cultura y la historia de las tribus indígenas de la zona también son de gran importancia.

Pueblo Bribri

El pueblo bribri es uno de los grupos indígenas que residen en la región de la Reserva Biológica Hitoy Cerere y La Amistad. Poseen un rico patrimonio cultural que incluye conocimientos tradicionales sobre la selva tropical, las plantas medicinales y la agricultura. La comunidad sigue hablando la lengua bribri y tiene sus propios sistemas tradicionales de gobierno.

Gente de Cabo Verde

Los cabécares son otro grupo indígena de la zona. Al igual que los bribri, tienen su propia lengua y prácticas culturales. Tienen una profunda conexión con la tierra y sus recursos y tradicionalmente han vivido en armonía con la selva tropical.

Cultura y tradiciones

Tanto los bribri como los cabécar tienen una fuerte conexión cultural con el entorno natural. Creen en la importancia de conservar la selva tropical y preservar su modo de vida tradicional. Su cultura se caracteriza por la música, las danzas y las ceremonias tradicionales, a menudo relacionadas con sus creencias y prácticas espirituales.

Historia

La historia de las tribus indígenas de la región se remonta a siglos atrás, mucho antes de la llegada de los colonizadores europeos a América. Estas tribus han habitado durante generaciones las selvas tropicales de lo que hoy es Costa Rica y Panamá. Con la llegada de los españoles en el siglo XVI, las poblaciones indígenas se enfrentaron a importantes retos, como los trabajos forzados y la propagación de enfermedades, que tuvieron efectos devastadores en sus comunidades.

En la historia reciente se han realizado esfuerzos para proteger los derechos y territorios de las comunidades indígenas de la región, como la creación de áreas protegidas como la Reserva Biológica Hitoy Cerere y el reconocimiento de los derechos territoriales indígenas. Sin embargo, estas comunidades siguen enfrentándose a problemas relacionados con la invasión de tierras, la deforestación y el acceso a servicios básicos.

La Reserva Biológica Hitoy Cerere desempeña un papel crucial en la conservación del entorno natural del que dependen estas comunidades indígenas para su bienestar cultural y físico. Se procura implicar a las comunidades indígenas locales en la gestión y conservación de la reserva, respetando sus conocimientos y prácticas tradicionales.

Los visitantes de la Reserva Biológica Hitoy Cerere pueden conocer el patrimonio cultural de estas comunidades indígenas, explorar la exuberante selva tropical y apreciar la importancia de preservar tanto la diversidad natural como cultural de la región.

Fauna, flora y fauna

La Reserva Hitoy-Cerere muestra un vibrante paisaje tropical que abarca bosques pluviales húmedos tropicales y de montaña. Embarcarse en un viaje a esta reserva promete una apasionante aventura de un día de duración, gracias a su terreno accidentado y desigual, a la notable pluviosidad anual de 5.000 mm y a la ausencia de estación seca, lo que la convierte en un destino desafiante que atrae sobre todo a naturalistas devotos.

Se recomienda adentrarse en la reserva recorriendo los cauces de los ríos, que ofrecen la oportunidad de avistar el avetoro común, un ave que suele encontrarse cerca de los arroyos tropicales.

La reserva toma su nombre de sus principales cuencas fluviales, los ríos Hitoy y Cerere, derivados de la lengua bribrí. En este contexto, «hitoy» se traduce como «cubierto de musgo», mientras que «cerere» significa «aguas claras». El hábitat comprende densas selvas tropicales, donde cada árbol está adornado con epífitas, bromelias, orquídeas y lianas.

La región de Costa Rica es famosa por su rica biodiversidad, que incluye diversas especies de grandes felinos salvajes como el jaguar. Además, alberga monos cariblancos y aulladores, tapires, pecaríes, conejos, osos hormigueros, monos cariblancos, mapaches, coatíes, ardillas, perezosos, pacas, ciervos, guatusas y armadillos. Los aficionados a la ornitología también se deleitarán con la presencia de más de 300 especies de aves y más de 70 de anfibios y reptiles.

Las ranas y sapos de la reserva, como la rana venenosa, la rana roja envenenada y muchas otras especies, ejercen un atractivo especial. Entre las criaturas dignas de mención figuran cherepos, gallegos, chirbalas y serpientes. Los invertebrados que habitan esta zona son las hormigas bala y las hormigas arrieras cortadoras de hojas, grandes libélulas, mariposas rojas, abejas de colores metálicos y escarabajos. Las condiciones de la ruta son difíciles, ya que los senderos no están bien mantenidos y los tramos cuesta arriba pueden resultar exigentes.

De camino a la reserva, encontrará vegetación y árboles adornados con los nidos coloniales de Moctezuma y Oropendolas, destacados miembros de la familia de las oropéndolas que lucen vibrantes colas amarillas. Estos nidos son fácilmente reconocibles gracias a las docenas de bolsas colgantes tejidas con pericia por estas aves. Además, encontrará majestuosos árboles forestales como javillos, espaveles, aguacatillos, ojoches y guayabones, que contribuyen a la vitalidad del dosel. Aunque se han identificado más de 380 especies vegetales en la reserva, este número sigue creciendo.

Dentro del bosque, puede tener la oportunidad de observar especies notables como el cuco ardilla, tucanes y loros. Esta reserva es uno de los últimos reductos del águila arpía, especie en peligro crítico de extinción.